Se acaban de detectar nuevas llamaradas Solares extremas. Que nos espera?
Expertos de la NASA detectaron una nueva llamarada solar, cuya clasificación aún está por determinar pero pudo ser lo suficientemente potente como para provocar una tormenta geomagnética.
La víspera el sol emitió una corriente de viento que provocó auroras boreales visibles en Irlanda del Norte, Letonia, Noruega y Suecia, aunque en esta oportunidad no fue tan intensa como la del 14 de febrero último, indicaron los especialistas.
Explicaron sobre la posibilidad de que hechos como este se repitan - más de mil en los próximos meses- debido a que el sol inició un ciclo de actividad.
Ondas de radiación y viento solar golpearían el escudo magnético de la Tierra, sin que al parecer traiga consecuencias importantes, indicaron especialistas, aunque existe la posibilidad de afectaciones a sistemas de telecomunicaciones y redes eléctricas.
En la comunidad científica existe una corriente de opinión que asegura que el evento no es tan intenso como al principio pensamos, pero puede ser bastante grande para permitir que la aurora boreal sea vista en el Reino Unido, destacó Alan Thomson, director de geomagnetismo del British Geological Survey (BGS).
La mala noticia es que en el actualidad se presume que esta capa pudiera tener un agujero similar al que hasta hace unos años tuvo la capa de ozono", dijo Peñaloza-Murillo, que añadió que es muy poco probable que este hueco en la magnetosfera haya sido causado por la actividad humana, porque esta capa está a una altura mucho mayor de las que en algún momento han resultado dañadas por los gases invernaderos.
"Sin embargo, si la fuerza magnética derivada de las tormentas solares tiene demasiada intensidad puede atravesar por completo la magnetosfera y ocasionar grandes daños en los sistemas de comunicaciones modernos, entre los que se incluye Internet, así como también los servicios de energía eléctrica. Incluso los sistemas de navegación de aviones en pleno vuelo o barcos en mitad del mar podrían verse interrumpidos. Una tormenta solar de grandes proporciones también podría afectar las operaciones de los satélites que se encuentran fuera de la Tierra", señaló el experto venezolano.
Conocida como la tormenta de San Valentín, la del pasado 14 de febrero fue la mayor detectada en los últimos cinco años. Clasificada clase X, produjo espectaculares auroras boreales y afectaciones a sistemas de comunicaciones, pero sus efectos se limitaron casi exclusivamente a latitudes muy al norte del planeta.
Millones de toneladas de partículas de plasma salieron del sol en dirección a la Tierra a una velocidad de 900 kilómetros por hora, sin que hubiera que lamentar consecuencias.
El observatorio solar de la NASA SDO, detectó un intenso flash de radiación ultravioleta en mitad de la superficie del sol, en tanto, los instrumentos del satélite SOHO, dedicado también al estudio del astro, confirmaron que la explosión había producido una eyección de masa coronal muy rápida, y no brillante en exceso.
A su vez, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó de tres eyecciones de masa coronal que avanzaban hacia la Tierra como resultado de la tormenta ocurrida a unos 150 millones de kilómetros de distancia.
Apenas si estamos al comienzo del actual ciclo solar y se espera que la actividad del sol se haga más intensa en lo adelante, sin que a pesar de las numerosas investigaciones en curso se puedan prevenir cada una de estas erupciones, pues la mayoría surgen sin mayores avisos, indican.
Hasta el momento la tormenta solar más severa registrada en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. La misma causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras en latitudes tan extrañas como el ecuador.
La víspera el sol emitió una corriente de viento que provocó auroras boreales visibles en Irlanda del Norte, Letonia, Noruega y Suecia, aunque en esta oportunidad no fue tan intensa como la del 14 de febrero último, indicaron los especialistas.
Explicaron sobre la posibilidad de que hechos como este se repitan - más de mil en los próximos meses- debido a que el sol inició un ciclo de actividad.
Ondas de radiación y viento solar golpearían el escudo magnético de la Tierra, sin que al parecer traiga consecuencias importantes, indicaron especialistas, aunque existe la posibilidad de afectaciones a sistemas de telecomunicaciones y redes eléctricas.
En la comunidad científica existe una corriente de opinión que asegura que el evento no es tan intenso como al principio pensamos, pero puede ser bastante grande para permitir que la aurora boreal sea vista en el Reino Unido, destacó Alan Thomson, director de geomagnetismo del British Geological Survey (BGS).
La mala noticia es que en el actualidad se presume que esta capa pudiera tener un agujero similar al que hasta hace unos años tuvo la capa de ozono", dijo Peñaloza-Murillo, que añadió que es muy poco probable que este hueco en la magnetosfera haya sido causado por la actividad humana, porque esta capa está a una altura mucho mayor de las que en algún momento han resultado dañadas por los gases invernaderos.
"Sin embargo, si la fuerza magnética derivada de las tormentas solares tiene demasiada intensidad puede atravesar por completo la magnetosfera y ocasionar grandes daños en los sistemas de comunicaciones modernos, entre los que se incluye Internet, así como también los servicios de energía eléctrica. Incluso los sistemas de navegación de aviones en pleno vuelo o barcos en mitad del mar podrían verse interrumpidos. Una tormenta solar de grandes proporciones también podría afectar las operaciones de los satélites que se encuentran fuera de la Tierra", señaló el experto venezolano.
Conocida como la tormenta de San Valentín, la del pasado 14 de febrero fue la mayor detectada en los últimos cinco años. Clasificada clase X, produjo espectaculares auroras boreales y afectaciones a sistemas de comunicaciones, pero sus efectos se limitaron casi exclusivamente a latitudes muy al norte del planeta.
Millones de toneladas de partículas de plasma salieron del sol en dirección a la Tierra a una velocidad de 900 kilómetros por hora, sin que hubiera que lamentar consecuencias.
El observatorio solar de la NASA SDO, detectó un intenso flash de radiación ultravioleta en mitad de la superficie del sol, en tanto, los instrumentos del satélite SOHO, dedicado también al estudio del astro, confirmaron que la explosión había producido una eyección de masa coronal muy rápida, y no brillante en exceso.
A su vez, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) informó de tres eyecciones de masa coronal que avanzaban hacia la Tierra como resultado de la tormenta ocurrida a unos 150 millones de kilómetros de distancia.
Apenas si estamos al comienzo del actual ciclo solar y se espera que la actividad del sol se haga más intensa en lo adelante, sin que a pesar de las numerosas investigaciones en curso se puedan prevenir cada una de estas erupciones, pues la mayoría surgen sin mayores avisos, indican.
Hasta el momento la tormenta solar más severa registrada en la historia ocurrió en 1859, y se lo conoce como la fulguración de Carrington, o el evento Carrington. La misma causó fallas electromagnéticas a lo largo de todo el mundo, y aparecieron auroras en latitudes tan extrañas como el ecuador.
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